Entrevista por Coral González
-¿Qué balance hacéis de esta edición del Festival Internacional de Santander (FIS)?
Estoy muy contento de cómo va, es lo que me transmite el público. La venta de entradas además ha ido bien y hemos vendido más que el año pasado. La calidad y la variedad han sido los factores más importantes para que el público responda bien. Cada concierto tiene su público, unos son para mucha gente y otros para grupos más reducidos, es el carácter de esto.
-Lleva dos años al frente del festival ¿Qué cambios ha introducido?
Mi intención es hacer un festival con las posibilidades que tenemos. No tenemos la intención de romper con todo lo que se ha hecho. El FIS en sus 63 años ha tenido un empuje muy fuerte y no debemos olvidarnos de esto. Lo que buscamos es adaptarlo lo mejor posible al gusto del público.
-¿Es lo más difícil?
Sí, porque todas las opiniones son importantes, y aunque sólo sea una persona la que es crítica, esto te hace pensar. Lo que veo es que las críticas que llegan son en general constructivas. Estamos abiertos a ir cambiando y mejorar.
-¿Estáis abiertos también a contar con nuevas sedes?
Tenemos por supuesto el Palacio de Festivales pero cada año abrimos sedes nuevas en marcos históricos. Los sitios se van reciclando, buscamos constantemente sedes nuevas. Hace poco tocamos en Ampuero en un sitio precioso, pequeño, con la gente sentada por las escaleras, y es muy enriquecedor.
-¿Somos un público receptivo?
Hay dos tipos de público y los dos son igual de importantes. Por un lado el tradicional, que está acostumbrado a una formula fija y tenemos también gente más joven que sí que son más receptivos. Nos hemos dado cuenta de que ha venido mucho público nuevo, especialmente las chicas de taquilla, que conocen al público más fiel y han visto muchas caras nuevas. La reducción de precios que hemos hecho anima a la gente a venir más. Mi intención no es educar al público, mi intención es abrir puertas y que conozcan cosas.
-¿Es cara la música?
Sí que hay eventos que son más caros para poder sufragarlos pero incluso ahí hay entradas que no son más caras que las de un partido de fútbol, pero hay una idea preconcebida de que la música es elitista y el deporte no.
-¿Es un objetivo desde el FIS captar nuevos tipos de público?
Siempre y también mantener al que hay. Hay mucha gente que está preocupada antes del concierto, no sabe que ponerse, duda donde tiene que aplaudir, eso les pone tan nerviosos que al final deciden no venir. Por eso invito a la gente a la que venga, este es un sitio abierto para todos los públicos. Además la música por decirlo así, clásica es muy diferente en directo. Tiene una energía muy cautivadora.
-Se ha trabajado con un presupuesto más ajustado, ¿Es más difícil?
Se hace una especie de sudoku para que cuadren los números. Desde fuera viendo los nombres que hemos traído no da la sensación de un festival organizado en época de crisis. Es cuestión de distribuir de manera razonable lo que tenemos. Aun así tenemos más público que el año anterior. Hemos bajado los precios y se ingresa menos, pero preferimos que venga más gente.