“El Gobierno no va a escatimar esfuerzos para seguir investigando e intentar potenciar la rentabilidad de los modelos de negocio en este sector. Ese es el objetivo por ejemplo del banco de germoplasma de variedades tradicionales y autóctonas de manzano, peral, ciruelo, melocotonero y cerezo que se ubicará en el Vivero de Villapresente. Queremos ponerlas a disposición de los productores porque ellos podrán así acelerar la progresión de sus explotaciones y todos, además, ganaremos en biodiversidad y en identidad al recuperar una tradición muy nuestra que se remonta casi al primer Milenio de nuestra Era”.
Lo ha dicho la consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria, Blanca Martínez, que ha girado una visita a las instalaciones de la Sidrería Pago de Tolina, en Vega de Liébana. En su recorrido, estuvo acompañada por la directora general de Alimentación, Pilar Pereda, así como por varios de los alcaldes de la comarca.
Pago de Tolina, una empresa familiar que empezó a comercializar sidra en 2013, recibió el apoyo del Gobierno para la instalación de su lagar. En total, la ayuda pública fue de 102.000 euros, sobre una inversión total de 257.000 euros. Hoy en día, la ‘pumarada’ dispone de 500 manzanos, entre variedades de manzana asturiana y autóctonas de Liébana. Su proceso de elaboración es totalmente artesanal y natural, hasta el punto de que no se utilizan siquiera sulfitos para controlar la fermentación.
Martínez ponderó el esfuerzo de Gema Pulgar, titular de la sidrería, y destacó la progresión de las sidrerías cántabras, que “pueden ser otro extraordinario aliado para seguir avanzando en materia de desarrollo rural, ya que es un nuevo nicho de actividad económica que ayuda a fijar población al generar entornos de empleabilidad y servicio”.
La consejera recordó así cómo el sector de la sidra se ha abierto ya paso por todo el territorio de Cantabria, de forma que existen productores en áreas tan distantes como, por ejemplo, Guriezo, San Miguel de Aras, Villaverde de Trucíos, La Encina de Cayón, Guarnizo, Lamasón, Lamadrid, Cabañes, Aniezo, Campoo… A todo ello se suma el esfuerzo que se realiza en los Institutos de Heras (de capacitación agraria) y Cayón (de industrias alimentarias) en el análisis de caldos y las calicatas de cultivos.
“Aún es mucho lo que tenemos que avanzar en materia de producción aunque soy optimista porque sé de la profesionalidad de nuestros productores y del entusiasmo que ponen en lo que hacen”, admitió la consejera. “Además”, concluyó, “no podemos descuidar otro objetivo fundamental, la promoción. Cada vez son más las ferias específicas y la presencia de sidrerías en los canales cortos de comercialización, pero debemos seguir dando pasos en esta dirección. Si somos capaces de dar a conocer la altísima calidad de nuestra sidra habremos dado un paso de gigante para reforzar la actividad”.