El Ayuntamiento de Santander ha declarado en estado de ruina el número 6 de la calle Barcelona, un edificio deshabitado que data de principios del siglo XX, y cuyo derribo se ha ordenado que sea acometido, por parte de la propiedad del mismo, en un plazo de dos meses.
Así lo ha informado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, quien ha precisado que el edificio, que ocupa la esquina de una manzana que da a las calles Andrés del Río y Barcelona, cuenta con una superficie construida total de 1.164 metros cuadrados, sobre una superficie de solar de 208 metros cuadrados.
Está compuesto por planta baja con 3 locales comerciales y portal comunitario a la calle Barcelona con 2 escaleras que dan servicio a 18 viviendas: 12 distribuidas en las 3 plantas, 4 viviendas en la planta de mansardas y 2 viviendas en la planta bajo cubierta.
La estructura del mismo está formada por muros de carga perimetrales de mampostería en su primer nivel y de ladrillo en el resto de las alturas. Su parte interior está conformada por una estructura de pilares y vigas de madera donde se apoyan los forjados de viguetas del mismo material. La cubierta está formada por vigas, viguetillas y tillado de madera donde descansan las tejas cerámicas.
De acuerdo con los informes técnicos, las dos fachadas principales se encuentran en un estado deficiente, consecuencia de una absoluta falta de conservación. Los balcones presentan podredumbre en sus suelos y viguetas debido a la humedad a la que están sometidos y a la falta de mantenimiento. En el interior de las viviendas, existen profusión de grietas en tabiques y humedades en las fachadas y particiones.
Por todo ello, el Ayuntamiento ha declarado el estado de ruina y ha fijado en dos meses el plazo para que la propiedad inicie las obras de demolición, previa presentación ante los servicios técnicos municipales del correspondiente proyecto técnico de derribo, así como la identificación de la dirección técnica del trabajo. Posteriormente, la propiedad deberá encargarse también de limpiar y consolidar la finca y los cierres de la misma.
“Desde el Ayuntamiento de Santander, seguimos velando por la conservación y el mantenimiento en buen estado de los edificios de la ciudad, con ayudas y acciones que van encaminadas a favorecer la reparación de los mismos y, paralelamente, eliminar los riesgos de aquellos inmuebles en estado ruinoso”, ha subrayado Díaz.
Respecto a las ayudas para la mejora y conservación de los edificios de la ciudad, el responsable municipal de Infraestructuras ha recordado que el Ayuntamiento ha duplicado este año 2014 la partida prevista para la rehabilitación de fachadas y la instalación de ascensores, incorporando 100.000 euros adicionales, de manera que, en total, se otorgarán 200.000 euros en subvenciones por estos dos conceptos.
Díaz ha precisado que ésta es una de las medidas incluidas en el Plan de Estímulo de la Actividad Económica y el Empleo para 2014 y ha remarcado que, entre los fines que busca el equipo de gobierno con la concesión de ayudas para la mejora de los edificios, se encuentran aumentar la calidad de vida de los vecinos y contribuir al mantenimiento y mejora de la ciudad consolidada.
“Reforzar la línea de subvenciones para la rehabilitación de fachadas es un signo de nuestro compromiso con la conservación del patrimonio edificado de la ciudad, cooperando con las comunidades de propietarios en la puesta en valor de aquellos edificios catalogados por su valor arquitectónico, así como en la tareas de mantenimiento de los mismos”, ha indicado.
En este sentido, ha apuntado que estas ayudas para la rehabilitación de fachadas de edificios catalogados se complementan con otras medidas impulsadas desde el Consistorio santanderino, entre ellas, los beneficios fiscales para aquellas comunidades de vecinos que quieran realizar este tipo de obras.
“Además de ayudas económicas, desde el Ayuntamiento de Santander ofrecemos a los vecinos la posibilidad de acogerse a distintas bonificaciones fiscales como la exención del pago de la tasa por licencia de obras o la reducción del impuesto sobre construcciones en un 75 por ciento, todo ello, con el objetivo de mejorar el patrimonio edificado de la ciudad”, ha señalado.
Asimismo, ha valorado que, con las subvenciones para la instalación de ascensores, se mejoran la accesibilidad y las condiciones de habitabilidad de los edificios en el municipio, lo que conlleva notables beneficios para todos los residentes, y especialmente para las personas con discapacidad, las personas mayores y quienes tienen dificultades de movilidad.