Imparable en Los Campos de Sport. Así está el Racing, que arropado por su afición -había casi 14.000 espectadores- superó al Granada CF (1-0), desde la llegada de José Alberto al banquillo. Y es que con el entrenador asturiano los verdiblancos solo han sufrido una derrota en su feudo (fue ante el Levante UD) en los ocho compromisos oficiales disputados en 2023. La victoria sobre los andaluces permite al conjunto cántabro dar otro paso más hacia la permanencia, pues mantiene cinco puntos de ventaja sobre los puestos de descenso a Primera Federación a falta de 15 por disputarse. Pero como dijo el técnico nada más terminar el duelo ante los blanquirrojos, hay que activar toda la energía en el siguiente envite, que será ante la Unión Deportiva Ibiza, otra vez en El Sardinero, el viernes 28 a las 21:00 horas. Hay que seguir caminando hacia el objetivo final, que no es otro que lograr la continuidad en la categoría de plata. Cada vez está más cerca, pero no hay que confiarse.
Los racinguistas llegaron con cinco bajas (tres lesionados y dos sancionados) al encuentro frente a los granadinos y las principales novedades en el 11 de José Alberto fueron la presencia de Ezkieta bajo palos -se estrenó con la camiseta verdiblanca en LaLiga SmartBank dejando su puerta a cero- y de Peque en la mediapunta, el regreso de Dani Fernández al lateral derecho y de Baturina a la delantera, así como la permuta de Unai Medina de la zaga al extremo diestro. Y los cántabros, al igual que hicieron hace 15 días frente al Albacete Balompié, salieron con mucha intensidad desde el primer instante. De hecho, Alsadoro tuvo la primera oportunidad sin que el reloj hubiera alcanzado el primer minuto y, poco después, Vicente sacó un potente zurdazo desde la frontal que se estrelló contra el lateral de la red.
La escuadra racinguista era mejor que su rival, que llegó a Santander en el segundo puesto de la clasificación a tiro del líder, e inquietaba al exverdiblanco Raúl Fernández (defendió la portería local de El Sardinero en 2014), tanto con la pelota en juego -con buenas combinaciones- como a balón parado desde las esquinas. Baturina inició varios contragolpes con buenas maneras de espaldas, los extremos se incorporaron por ambas alas y por el centro, Peque, tuvo una actuación destacada. En el 36, el catalán se fue acomodando la pelota desde la parcela izquierda hasta la frontal para armar un lanzamiento que se fue rozando el poste. A los puntos, el Racing merecía mandar en el marcador, aunque se alcanzó el descanso con el empate a cero inicial.
Baturina
El segundo periodo arrancó como se desarrolló el primero, con una buena oportunidad para el Racing -esta vez en las botas de Vicente– que terminó fuera después de un veloz contragolpe. El extremo de Derio, solo tres minutos después, volvió a correr la izquierda y en vez de finalizar asistió a Baturina, que controló en el interior del área, protegió el balón, se dio la vuelta y conectó un derechazo inalcanzable para Raúl. Golazo. Con acento balcánico. El tercero de su cuenta particular, aunque lo celebró con todos sus compañeros. Porque si marca uno, marcan todos. Lo hace el equipo. 1-0 y 40 minutos por delante.
La afición, que en la previa ya había demostrado que no era una tarde más -cientos de personas acudieron a recibir al autobús hora y tres cuartos antes del inicio para insuflar ánimos, fue el jugador 12. Y el 13, las dos últimas cifras del año de fundación del Racing, porque llevó a su equipo al triunfo. Merecido y muy trabajado. Y fruto de todos, pues José Alberto en el segundo periodo introdujo a Mantilla, Sangalli, Matheus Aiás, Fausto Tienza y Satrústegui, que contribuyeron a que no se escapara la vitoria a pesar de los ataques granadinos y de que, en los últimos lances, el guardameta rival se incorporara al ataque. Con sufrimiento, pero con más merecimiento, se llegó al final con 1-0 en el marcador. Y en ese momento se produjeron los abrazos, los aplausos, los vítores desde la grada y la celebración en perfecta comunión entre el césped y la hinchada.
