Sin necesidad de hacer cábalas, estoy por asegurar que, el día sin mala educación, no existe. Lastimosamente, está muy presente en cada jornada, además, en todos los ámbitos en que nos movemos. Te topas con ella, con malas caras e insultos que sobran, andando por la calle, dentro de los comercios, en el trabajo, y no digamos circulando con el coche por las ciudades. Daría para tesinas y más tesinas, y en las conclusiones de ninguna se podría asegurar la erradicación de este mal, del que tengo que decir que ha crecido una barbaridad en este nuevo siglo.
Un hecho de los referidos a la mala educación ha saltado a la actualidad en los últimos días. Un juez da la razón a un restaurante, por haber reclamado el pago de la minuta a unos clientes que, habiendo reservado mesa, luego no acudieron a la cita culinaria, sin dar explicación alguna al respecto de su ausencia. Como todo en la vida, habrá opiniones de lo más variado, especialmente del que tiene que pagar la factura, aunque no olvidemos que, antes de llegar el caso al juzgado, estos comensales han despreciado las mínimas reglas sociales de comportamiento y educación con los demás. En este caso, avisar con tiempo. Los hosteleros tienen un negocio, unos empleados y una reputación que mantener. En reciprocidad, los clientes debemos tener claras nuestras obligaciones elementales, y dentro de estas entra que, al igual que haces una reserva, avises también con la suficiente antelación de que ya no la necesitas. Alguno dirá que son dar demasiadas explicaciones. Pero no es así. Volvemos a lo mismo, es cuestión de simple educación y de relacionarse debidamente con los demás. No digo nada cuando en plenas Navidades reservas una mesa para cuarenta, y al final se presentan solo ocho personas a la cita. Aquí las pérdidas para el restaurante son cuantiosas, y este hecho no es aceptable. Por eso van surgiendo estas noticias de cobrar por lo que has pedido, y luego no has utilizado, sin dar explicación. Quien dice la reserva hecha en un restaurante, lo mismo cabe añadir de cualquier tipo de cita, con el médico, en el centro de salud o para que te presten un determinado servicio. Todo exige un saber estar.