Para comentarme su parecer sobre un artículo que escribo, en el que mantengo que esta sociedad actual, ni siente ni padece, especialmente con las guerras que aumentan, mi primo Vicen me recuerda en el wasap una frase de Martin Niemöller, pastor luterano alemán y antinazi, que vivió entre 1892 y 1984. “Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, ya que no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, ya que no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, ya que no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.
Sin duda, esta sociedad, que ya no es del bienestar, aunque se la siga llamando así, está completamente desactivada. Mientras las protestas por las guerras deberían ser continuas en todas las capitales europeas, aquí solo preocupan los suministros energéticos y alimenticios para que la vida siga en las naciones pudientes. Es decir, que para que unos sigamos viviendo tan ricamente, en otros puntos del mundo, caso de Ucrania, Israel y Palestina, el panorama es desgarrador. La historia actual de esos países se escribe en miles de muertos, heridos, desaparecidos y huidos de sus casas, ya que lo han perdido todo.
¿Y qué hacen al respecto los Gobiernos y las sociedades y ciudadanos en que se sustentan? Mirar para otro lado. Como si la cosa no fuera con España, Francia, Italia o Suiza. La falta unánime del grito “No a la guerra” es la prueba irrefutable de que nos importa casi todo un bledo, salvo vivir tan alegremente como hacemos dentro de la Unión Europea. Nuestros abuelos vivieron en primera persona el polvorín europeo, donde Niemöller escribió la terrorífica frase que encabeza esta narración. Nuestra obligación moral, como seres humanos, es reaccionar a toda guerra, con el más firme y continuado rechazo. Deberían de empezar por hacerlo los gobiernos que disfrutan de una paz duradera. Es también su problema. Lo es de todos. Luchemos juntos por la paz y el alto el fuego en Ucrania, Israel y Palestina.