Después de que el PNV se maquillara la txapela, Junts el mocho, Bildu nada porque no lo necesita, ERC la zona izquierda de la jeta rufianesca, Sumar el signo de la resta y Podemos el jarabe demoscópico, después de darse todos ellos sombra aquí y sombra allá para mantener a su socio en la Moncloa y recolectar lo posible y lo imposible aunque fuera tiempo de barbecho, después del trino impostado en el alar del Congreso apareció el profundamente maquillado para emitir una especie de certificado absolvente: le han engañado. No la cuadrilla de progreso, que está ahora en la innoble faena de ver cómo dibuja un nuevo escenario para seguir ordeñando la tudanca, sino en el seno del propio PSOE, sus más íntimos, los héroes del manual de resistencia, quienes viajaban en utilitario sin cadáveres en el armario. Pero la UCO abrió las puertas y al profundamente triste para la ocasión solo le faltó convertirse en monarca desde el espíritu republicano: lo siento, no volverá a pasar.
Dos regueros como riegas le corrían por los flancos de la cara, ojeras de medialuna y tez oscura como si se hubiese dormido panza arriba en una tumbona de Torremolinos, cutis que con el transcurrir de los segundos tornó en zaíno, rictus de profundamente triste y traje de un grave impoluto con su raya en el sitio. Mirada fija a la cámara, un poco como la de Bardem en ‘No es país para viejos’, labios prominentes para decir algo serio; el penalti eterno, todos sus seguidores esperando la del ‘Rey del pollo frito’ y va y se arranca por una balada, la mítica de Sandro Giacobbe. Pena de hombre que pide perdón, y las redes, los acólitos, y los ministros, a una, como Piqué cuando dijo “se queda” y todo el mundo sabe cómo acabó la historia. En las noches de luna llena, el profundamente arrepentido se mira al espejo y detrás de él aparecen entre la neblina no menos de media docena de figurones/as y un surtido periodístico que le recomponen el esqueleto como al espantapájaros del maizal. Para lo que hemos quedado.
Otra cumbre ONU de desarrollo sin poner dinero los poderosos
En los tiempos tan belicistas que corren, toda cumbre es buena, sea de paz, política, económica, científica, o para el...