Opino que la mayor satisfacción de un columnista, sobre todo si llevas mucho tiempo en esto como es mi caso, está en apoyar causas sociales justas, máxime ahora que parece asentarse dentro de nuestra democracia la imposición sin escuchar, que conlleva injusticia y discriminación. Se habla mucho, con razón, de que el pueblo español lleva dormido demasiado tiempo, indiferente ante todo lo que nos afecta tan directamente. Y no puede ser, ha llegado el momento de despertar. Son muchos los frentes en los que la reacción social se puede fijar para actuar, pero hoy quiero tocar dos cuestiones intolerables. La primera afecta a los enfermos de ELA, muchos de los cuales han dado su propia vida en la batalla por aprobar una ley específica, y cuando esta norma ha llegado resulta que no se les aplica como es debido. No solo hay que denunciar que se incumpla lo legislado, también es necesario insistir hasta la saciedad que no debe faltar la investigación, para que llegue un día en que la ELA tenga un tratamiento eficaz. Una segunda causa social, que implica directamente a los ciudadanos y el merecido estado del bienestar, especialmente pensando en nuestros mayores, es cuidar y tratar debidamente, empezando por respeto, a los médicos del Sistema Nacional de Salud. Ahora no se hace, y encima el Ministerio de Sanidad, dirigido precisamente por una médica, presenta un inoportuno Estatuto Marco de la Sanidad Pública. Este proyecto no se centra en solucionar ninguno de los problemas reales que tienen los sanitarios. Tampoco aporta nada para recuperar el prestigio perdido, algo que sí desean con anhelo los profesionales del sector. Lo que pasa es que cuando se presenta un Estatuto Marco que tan solo pide hacer más horas, sin que aparezcan en su redacción soluciones a problemas que se eternizan, pues los médicos dicen basta. Y con toda razón van a los paros, que resultan exitosos. Los profesionales de la sanidad pública son de lo mejor que tenemos en España. Hay que cuidarles, mejorar sus condiciones, especialmente con inversiones que redunden en la mejor salud de todos los pacientes. Den por hecho que los médicos nunca actuarían como se hace desde el ministerio con los enfermos de la ELA.
Otra cumbre ONU de desarrollo sin poner dinero los poderosos
En los tiempos tan belicistas que corren, toda cumbre es buena, sea de paz, política, económica, científica, o para el...