Lo de los pisos turísticos ilegales es ya un problema de calado, porque, visto el percal, siempre hay dispuestos a alquilar su vivienda, sin estar declarada para ese uso, ni pagar los impuestos correspondientes, pero sabiendo que gente interesada no va a faltar. Unos y otros, son igual de culpables en eso que se denomina picardía nacional y también economía sumergida. Claro que el silencio y la discreción son otros dos aspectos que juegan un papel determinante, a la hora de que una familia haga su verano en una vivienda particular, de la que ha tenido conocimiento por diversas vías, aunque Internet y webs específicas juegan un papel determinante.
Como con lo de los okupas, no hay región española que esté exenta de esta otra cuestión de los pisos pirata vacacionales, que sustituyen del todo a los hoteles. Se ha montado un gigantesco a la vez que suculento negocio, de gran preocupación para los hosteleros, pero no lo tengo tan claro para las diferentes administraciones. Es entendible que en regiones o ciudades de gran tamaño sea más difícil la persecución de los alquileres ilegales de pisos turísticos. Pero no debería ser igual en lugares pequeños, donde todo el mundo se conoce, y, en consecuencia, no se pueden poner excusas a la desmedida proliferación de esta práctica. Podrá haber normas al respecto, pero si no se cumplen y, lo peor, no se inspecciona de continuo con las correspondientes sanciones, bien poco se puede hacer al respecto. Si quien está ganando ahora mucho dinero con alquileres ilegales, ve cómo se le abre un expediente administrativo, solo entonces se puede empezar a pensar que la cuestión se reconduce. Creo que no es el caso, de ahí que cada vez sean más las personas que optan por este lucrativo negocio, para ellos, pero que tanto perjudica al sector turístico y a sus miles de trabajadores. De muestra, he aquí un dato demoledor. En 2022, el Instituto Nacional de Estadística cifraba en 6.281 viviendas turísticas las existentes en Cantabria (10% declaradas). Hoy, la Asociación de Hostelería las eleva a 10.000, con tan solo un 15% legales. Es evidente que das la mano y te cogen el brazo.